Le he dicho a Julio que ya no cuente conmigo, que voy a cambiar. Que mi época de soltero de oro, en plan juergas desenfrenadas hasta las 6 de la mañana ha terminado. Y no es porque no mole eso de salir, bailar conocer gente y al día siguiente olvidarte de sus nombres, no, eso mola, pero para ser soltero de oro hay que tener oro y a mi el bolsillo sólo me daba para ser, en el mejor de los casos un "soltero cheques gourmet".
Entonces, no fui a la penúltima fiesta a la que me invitó. En vez de eso preferí, feliz, quedarme con Susana tomando un par de copas en una terraza de nuestro barrio. Hablamos de su piso recién comprado y me mostró en el móvil fotos de su sofá.
- Parece el de Ana Rosa Quintana- le dije.
- A mi me gusta - respondió.
- No, si está bien. Te va mucho, es muy de tía. El mío es más vintage, como ya sabes.
- No lo recuerdo.
Le mostré fotos de mi sofá, y dijo que molaba, que a ver cuando se lo enseñaba. Respondí que ya lo había visto, en mi cumple, blondie, ¿recuerdas? Dijo que ni recordaba haber ido a mi cumpleaños y nos descojonamos tras comprobar lo pasotas que podemos llegar a ser. Entonces, comenzó a llover. Nos metimos al bar donde terminó lo mío con Laura, la tarde que me pidió que dejase de tirarle los perros y me pedí el segundo cubata. Le conté mis planes de reforma personal, y por una vez no se burló de mi. Le conté también que en mi primera salida de viejoven había ido al cine a ver la nueva peli de X-Men y que justo después me tomé una copa, sólo una, como un sir. Pero que cuando abandonaba el bar para ir a buscar mi coche, me encontré con Helena y Jesús.
- No jodas!
- Sí tia, Julio dice que igual están enrollados.
- No, chst chst chst, eso son elucubraciones tuyas.
- Que no joer, que es raro. Si en la ofi ni se hablaban y ¿ahora quedan para cenar? No sé.
- Que no tío, que Helena no es un pibón, pero Jesús es que es muy...especial, ya sabes, y esa gente se juntan siempre entre ellos. Yo conocí en Londres un tío así en mi otra empresa y su novia era igual...especial.
- El caso es que se pasó toda la noche en silencio, blondie. Julio hablaba como un loro, pero yo me quería pirar ya. Cosa que hicimos sobre las 3, y ahí los dejamos...pa que follen.
- Jajaja, qué cabrón eres.
No paraba de llover. Susana tenía que irse ya, y como su casa estaba casi enfrente salimos del bar corriendo bajo el agua, como en las pelis antiguas. Me bajó un paraguas y volví a casa a tiempo para ver una peli que me pareció cojonuda gracias a los dos cubatas que me acababa de meter en el body. Antes de dormir, vi si tenía mensajes en el facebook y encontré el recordatorio del cumple de Iván, con capea incluída en una finca privada de Ajalvir.
Recordé entonces lo que me pasó un año atrás, cuando una vaquilla me embistió y otra despertó a mi lado y me entraron sudores frios. O sea, ahora, que he decidido encaminarme y be myself y todas esas cosas que aconsejan las revistas que lee mi hermana, ahora que quiero dejar esta vida de alcohol, viajes espontáneaos cruzando el océano y demás excesos que minan mis ahorros y envejecen mi rostro de niño; ahora, ahora se acerca la capea de Iván con barra libre de comida, bebida y pijas borrachas.
Pienso: esa será la excepción que cumpla mi nueva regla. En esa capea, lo volveré a dar todo.
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