No se crean que estar en SIMO es lo máximo. llegas con tu aureola de expositor y en la puerta te encuentras con diez torniquetes que sólo responden cuando introduces un pase especial, pero que aún así (Spain is different) tienen al lado "personal autorizado" que vigila que no te cueles by the face. indignado, vas hasta la ventanilla de acreditación de expositores y dices "hola soy un Toshiba's boy y necesito un pase de expositor, please", pero la arrugadísima encargada dice que eso debió dártelo tu jefe, que no es su problema si no puedes pasar, que la dejes hacer su Sudoku, y que le digas a los de Toshiba que ya está hasta los cojones de que le pidan pases gratis, que cuestan 6.40 euros, que no sean ratas. Obviamente se te pone la cara roja y ni siquiera cojes los caramelitos que tenía sobre su mesa.
Media vuelta derecha, derecha.
Llamas a tu oficina a pedir ayuda y un compañero tuyo sale a recogerte, por unos segundos eres
"Aurelio Benvenuto, de Etiquetados Generales" y el torniquete se abre dejandote pasar.Llegas al stand, en el pabellón 1, y te parece que cuando venías como visitante todo era más bonito, más ordenado, más tecnológico y con mas glamour, si se quiere. Ves a tus compañeros en traje (puteados como tú) y sabes que no te vas a divertir. "este año compartimos stand con los portátiles de Toshiba - te dicen- así que si alguien te pregunta por ellos, los mandas a tomar por saco".
Entonces, te tragas tu curiosidad y no preguntas nada sobre el portátil de última generación que viste por la tele, ahora ellos son el enemigo. lo bueno, es que ahora las azafatas ya no te ven como el estudiante tonto de todos los años, ahora eres un expositor hecho y derecho, te sonríen, te dan cervecitas,zumitos de naranja,y hasta dejan que veas se canalillo sin mucha discreción y con cierta alevosía. por eso, los primeros minutos los dedicas a beber cerveza y sentarte en los sillones de diseño que están a tu alrededor, hasta que ves llegar a tu jefe y enseguida te pones a mover cajas, sonreir a los visitantes y pararte más derecho que un guardia real.
cuando ya no puedes más preguntas: "y lo del escaqueo, ¿como va?" y tus compañeros solidarios te dicen que hagas como que vas a ver a la competencia, y busques las zonas muertas, compres una coca-cola y te sientes a dejar pasar los minutos. tú, inocente aún, preguntas que qué pasa si tu jefe pregunta que has visto de nuevo, y ellos te dicen que basta con recitarle el último newsletter (que debes haber leído antes, ahí está el truco) de la competencia y quedarás como dios. como yo no lo había leído seguí alli parado hasta que alguien me dijo que era hora de comer. Y ya, para acabar el día, tienes que atender a la prensa, poner buena cara y tu mejor perfil para la cámara y parecer creíble cuando dices que tus productos son los mejores del mercado, sin que te dé la risa. pero como en esto también era nuevo, se me atascó la corbata en la impresora, y la reportera del Canal Castilla-La Mancha tuvo que interrumpir la conexión en directo por problemas técnicos. Por suerte alguien tenía una tijera a mano."Aurelio Benvenuto, de Etiquetados Generales" y el torniquete se abre dejandote pasar.Llegas al stand, en el pabellón 1, y te parece que cuando venías como visitante todo era más bonito, más ordenado, más tecnológico y con mas glamour, si se quiere. Ves a tus compañeros en traje (puteados como tú) y sabes que no te vas a divertir. "este año compartimos stand con los portátiles de Toshiba - te dicen- así que si alguien te pregunta por ellos, los mandas a tomar por saco".
Entonces, te tragas tu curiosidad y no preguntas nada sobre el portátil de última generación que viste por la tele, ahora ellos son el enemigo. lo bueno, es que ahora las azafatas ya no te ven como el estudiante tonto de todos los años, ahora eres un expositor hecho y derecho, te sonríen, te dan cervecitas,zumitos de naranja,y hasta dejan que veas se canalillo sin mucha discreción y con cierta alevosía. por eso, los primeros minutos los dedicas a beber cerveza y sentarte en los sillones de diseño que están a tu alrededor, hasta que ves llegar a tu jefe y enseguida te pones a mover cajas, sonreir a los visitantes y pararte más derecho que un guardia real.
O sea que espero no repetir esta experiencia, de pie casi 10 horas con los tobillos y la espalda doliendome como si estuviera embarazado. La próxima vez finjo estar enfermo, o me leo el
último newsletter.
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