Lucio, Chencho y yo, entramos en un bar de La Velilla, haciéndonos notar.
- Tíos, tengo todavía el ojo rojo por la puta conjuntivitis. No os quitéis las gafas porfa, así no seré yo el único gilipollas.
-Ok, niño; será un homenaje a Reservoir Dogs.
Dejamos el Seat León de Chencho (con baca superior incluida) aparcado en la puerta del bareto y entramos imaginando que Tarantino musicalizaba nuestros pasos. Dentro, algunas familias jugaban con un futbolín, otras se reunían en torno a una mesa con parroquianos jugando al mus, y unos niños correteaban en cinco metros cuadrados.
- Va ser que no tienen puros, colega - dijo Chencho, acomodándose las gafas oscuras.
- No tiene mucha pinta, no - respondió Lucio.
Desde detrás de mis nuevas Ray-Ban vi que un lugareño se acercó hasta la que seguramente sería su novia y, sin muchos susurros de por medio, le dijo algo así como "vámonos pa' la casa, Jacinta" a lo que ella, parroquiana solicita, no pudo más que responder "pues vamos pa' allá". Los hombres de la mesa de mus nos miraron desde sus posiciones y las muecas de sus bocas me confundieron sobre manera. Lucio me iba traduciendo cada una de ellas, porque yo, al no haber hecho el servicio militar, nunca había jugado a este juego:
- Se muerde el centro del labio inferior, tiene reyes, dos.
- Mira ése ha levantado las dos cejas, tiene dos parejas, duples.
-Ese te ha guiñado un ojo, una de dos, o tiene 31 puntos en cartas o es maricón y le molas.
Salió, al fin, el camarero a nuestro encuentro, embutido en una camiseta amarillo patito con la inscripción "Peña Los Flanes" a la que hacía honor de forma onerosa con su nunca bien moldeada panza, y nos preguntó que qué nos servía. Lucio le preguntó si vendía puros, o mejor dicho, le dijo "vaser que no tienes puros, ¿no?" a lo que el Flan amarillo patito respondió con una seña que en mus habría significado que tenía dos ases: arrugó la nariz. Chencho le preguntó que dónde podríamos conseguir puros, y el de las muecas nos dijo que, girando a la derecha en la esquina del burro (¿?) estaba EL estanco del pueblo, que igual allí había algo.
- Antes de irnos - propuse - nos tomamos un orujito del pueblo ¿no?
- Vale - respondió Lucio y añadió - pon nos tres orujos de hierbas, anda.
Llegaron tres vasos con un líquido rojo y un flash de la fiesta de Iván vino a mi mente. En él, yo me acercaba a un grupo de tres tíos y una tía y le decía a ella, "mira, la vaquilla me ha hecho esto, hello, I love you, won't you tell me your name?". Avergonzado por el recuerdo bebí el orujo de un trago y me gané el respeto eterno del maricón de la mesa de mus. Comprobé que ya no había mujeres en el bar. En la tele, una reportera entrevistaba a gente que hacía cola en el Santiago Bernabeu para ver la final de la Champions League. Venga, vamos a por los puros.
Subimos al coche, y, al llegar a la esquina vimos a un burro de trescientos años atado a un arbusto. Pensé que, si se lo propusiese, el viejo burro podría huir sin más de esa mierda pueblo con menos casas que mi belén de Navidad, pero imaginé que si huyese, el pobre daría la vuelta después de vagar por kilómetros y kilómetros de carreteritas comarcales y comprobar que todos los pueblos de los alrededores eran iguales a ese. Lo vi, entonces, volver a su arbusto seco y a punto de ser desprendido por una suave brisa para atarse el mismo con su boca de burro mientras pensaba, en mi imaginación, "Virgencita, que me quede como estoy".
Giramos a la derecha y vimos el letrero "Tabacos" que anunciaba el punto en el que estaba el estanco. Como más tarde Lucio no se cansaría de contar en la boda de Dario, el sitio no era sólo un estanco, sino también tienda de alimentación, farmacia, juguetería, y almacén de confección ligera. Preguntamos, creo que por joder, si tenía puros Montecristo, pero el dueño, que en ese momento despachaba una copia pirata de la moto de Valentino Rossi a escala 1:500, nos dijo que no, que estos puritos nomás...si eso. Quise pagar con tarjeta y el hombre cogió mi Visa, leyó incluso las letritas que vienen detrás y que sólo sirven para comprar billetes de avión, la olió, la mordió un poquito como si fuese una medalla de oro de las olimpiadas, y después me la devolvió diciendo que, en La Velilla, todo se pagaba en efectivo, que así nos entendemos todos mejor.
Lucio me hizo stop con la mano y sacó un billete de 20 euros. El tipo nos dio dos cajitas de puros de café y salimos con la certeza de haber estado en escena de el Show de Benny Hill.
- Vaya mierda de pueblo, tio.
- O sea, ni siquiera pude pagar con tarjeta.
- Yo creo que aquí no tienen ni TDT. Como mucho una T.
- De televisión española.
- ¿Te imaginas? Sólo poder ver "Saber Vivir" o "España Directo"
- Yo creo que "Saber Vivir" ya no lo echan.
- ¿Ah no? - acomodandome las Ray-Ban - buah, da igual.
- Debe ser una mierda cuando quieres ligar, tio.
- Ya, aquí habrá una tia buena y será más estrecha que el carajo.
- O no. Igual es más perra que Niebla.
-O no.
- ¿Os imaginais? "Tío he roto con Marta" y el otro "ya, a mí me pasó lo mismo hace un año, qué putada paisano".
- Jajajaja, porque la Marta esa sería la única tia buena del pueblo. Muy bueno, niño.
- Yo creo que ese cartel que ponía "Tejera del Fausto" es a donde íbamos.
- ¿En serio? - freno en seco, qué coño importa, la carretera está desierta - vamos marcha atrás entonces.
Dejamos el seat en la sombrita y una nube de polen nos envuelve. Creo ver a un lobo que nos acecha desde la cima de una montaña pero achaco la visión a los estragos de mi conjuntivitis. Aparece Raquel, monísima, con su novio, italianísimo y nos preguntan que dónde estábamos. Fuimos a por puros, respondemos, y Lucio empieza a contar la historia: "Llegamos a un pueblo de mierda que, creo que se llama Melilla y...
3 comentarios:
Menos mal que no viene mucha gente como tu a mi pueblo, La VELILLA. Por que creo que no sabes leer, hasta el burro tiene mas clase y educación que tu y tus colegas de pacotilla. El de la Peña el flan, te puso un loquido rojo por que creía que erais chupa sangres. Seguro Que nunca había visto a tres personajes como vosotros, yo para mi, que tres tíos como vosotros no los hay no en Melilla. Ahhh! Las ray ban eran falsas por que un personaje como tu, no tiene dinero para eso. Chicos creo que a estos tres jipis , les sacas de la boina de contaminación de Madrid y se creen que están en otra dimensión.
Los tres personajes eston entraron en el bar y vieron a los lugareños jugando al mus y se pensaban que estaban jugando al teto, las señas del mus las confundían con intentos de ligar, por que nada mas entrar ya nos miraban con deseo. Pidieron un orujo y al camarero le propusieron que digera en voz alta " que se lo querían mantas con todos los ancianos del lugar" las cuatro chicas que habían salieron corriendo y nos quedamos todo hombres, que era lo que ellos querían. Los ancianos tuvieron que ir a sus casas por las escopetas de caza hasta que lograron espulsarles del pueblo . Que pedazo de maricones, Que miedo. Espero no volver a ver a estos personajes. Si volvieran llamaría rápidamente a la guardia civil.
Mas que los three forasteros eran los tres follasteros, culeros.
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