Sol y yo habíamos sido invitados a disfrutar del proyector que una de sus amigas tenía instalado en su salón. Yo no quería ir, pero al ver la decepción en la cara de mi, ya de por sí, decepcionada novia, terminé aceptando. No me abrigué mucho, total, con la calefacción sufriría si llevaba mucha ropa encima, y opté por un cárdigan ligero y una camiseta. Metí unas cervezas en una bolsa del Carrefour para no llegar con las manos vacías y salimos rumbo a Moratalaz.
-¿Por qué te cae mal mi amiga? - pregunta - es buena gente.
-No es que me caiga mal- subo un poco el volumen de la radio - es que no me cae del todo bien. Es imposible para mí que me caiga bien una persona que ama el reggaetón.
Subimos a su piso y la saludamos. A ella, a su novio y a su hermano gemelo al que parecían sí afectarle los abdominales. Nos reímos un poco y pensé que, como siempre, me había pasado un poco. No porque a esta tía le encante el reggaetón, hable gritando, no sepa mantener una conversación interesante, y fume más que Cruela de Vil tiene que ser mala persona.
- ¿Qué peli vemos,tío? - me pregunta el gemelo gordo.
- No sé, la que quieras - respondo.
- ¿Has visto "Hellboy", tio?-pregunta el gemelo flaco.
- No, no la he visto.
- Ostias, tío - dice el gemelo gordo -la acabo de pillar, tío, podemos ver esa, tío, ¿qué dices, tío?
- Si quieres.
- Pero tío - interrumpe el gemelo flaco - ¿no íbamos a ver "Posesión Infernal 2", tío?
- Anda, es verdad, casi se me olvida, tío.
- A Sol no le gustan las pelis de terror - digo, y casi acompaño mi frase con un "tío"- ¿podríamos ver otra cosa?
- No importa- dice ella - poned lo que queráis.
El gemelo gordo, entonces, decide dejarme disfrutar de el trailer de uno de sus juegos de la Xbox, y, tras veinte minutos de discusión con su gemelo flaco, pone al fin el disco de algo de no sé que Warrior. Se ve bien, sólo atino a decir, y mi falta de entusiasmo hace que note que lo mío no es pasarme horas jugando a los videojuegos. Eso lo hacía cuando tenía doce años, ahora prefiero el sexo como elemento de distracción.
La amiga de Sol propone pedir comida china. Yo pido ternera con pimientos, Sol un tallarín, su amiga bolas de pollo y los gemelos miran la carta quince minutos, discuten, y tras doscientos "tíos" pronunciados, piden un par de sopas. Miro de reojo la vasija inca que adorna el salón y me pregunto ¿cuántos años me darían por romperla en sus cabezas, tío?
Al fin ponen la película, Posesión Infernal 2, y para calmar a Sol le digo, sin mentirle, que es una mierda y que los efectos son tan malos que le parecerá una comedia más que una película de terror. El gemelo flaco me escucha y dice, es un película de culto,tío. No digo más, me callo y decido esperar a que termine la peli para largarme.
- Muchas gracias por la invitación -digo, ya en la escalera.
- Cuando quieras, tío, puedes venir a ver una carrera un finde, tío, se ven cojonudas. ¿Quieres que te ponga el vídeo de la última carrera de Alonso, tío?
- No, gracias, tío - se me escapó- lo dejamos para otra vez.
- Venga, hasta otra, tío.
- Hasta otra, si eso.
El frío de Madrid me recibe con los brazos abiertos, porque aunque la cabrona de la amiga de Sol al final no puso la calefacción, el cambio de temperatura respecto a la calle es muy grande. Dejo atrás al mundo y voy corriendo hasta mi coche, me meto a lo Michael Knight y pongo la calefacción al máximo. Sol me encuentra temblando como un pollo mojado.
- Bueno, entonces ¿te has divertido?
- Sí, tía, sí, lo que quieras, tía, tía, tía -respondo, y el ruido del encendido del coche se une a nuestras carcajadas.
-¿Por qué te cae mal mi amiga? - pregunta - es buena gente.
-No es que me caiga mal- subo un poco el volumen de la radio - es que no me cae del todo bien. Es imposible para mí que me caiga bien una persona que ama el reggaetón.
Subimos a su piso y la saludamos. A ella, a su novio y a su hermano gemelo al que parecían sí afectarle los abdominales. Nos reímos un poco y pensé que, como siempre, me había pasado un poco. No porque a esta tía le encante el reggaetón, hable gritando, no sepa mantener una conversación interesante, y fume más que Cruela de Vil tiene que ser mala persona.
- ¿Qué peli vemos,tío? - me pregunta el gemelo gordo.
- No sé, la que quieras - respondo.
- ¿Has visto "Hellboy", tio?-pregunta el gemelo flaco.
- No, no la he visto.
- Ostias, tío - dice el gemelo gordo -la acabo de pillar, tío, podemos ver esa, tío, ¿qué dices, tío?
- Si quieres.
- Pero tío - interrumpe el gemelo flaco - ¿no íbamos a ver "Posesión Infernal 2", tío?
- Anda, es verdad, casi se me olvida, tío.
- A Sol no le gustan las pelis de terror - digo, y casi acompaño mi frase con un "tío"- ¿podríamos ver otra cosa?
- No importa- dice ella - poned lo que queráis.
El gemelo gordo, entonces, decide dejarme disfrutar de el trailer de uno de sus juegos de la Xbox, y, tras veinte minutos de discusión con su gemelo flaco, pone al fin el disco de algo de no sé que Warrior. Se ve bien, sólo atino a decir, y mi falta de entusiasmo hace que note que lo mío no es pasarme horas jugando a los videojuegos. Eso lo hacía cuando tenía doce años, ahora prefiero el sexo como elemento de distracción.
La amiga de Sol propone pedir comida china. Yo pido ternera con pimientos, Sol un tallarín, su amiga bolas de pollo y los gemelos miran la carta quince minutos, discuten, y tras doscientos "tíos" pronunciados, piden un par de sopas. Miro de reojo la vasija inca que adorna el salón y me pregunto ¿cuántos años me darían por romperla en sus cabezas, tío?
Al fin ponen la película, Posesión Infernal 2, y para calmar a Sol le digo, sin mentirle, que es una mierda y que los efectos son tan malos que le parecerá una comedia más que una película de terror. El gemelo flaco me escucha y dice, es un película de culto,tío. No digo más, me callo y decido esperar a que termine la peli para largarme.
- Muchas gracias por la invitación -digo, ya en la escalera.
- Cuando quieras, tío, puedes venir a ver una carrera un finde, tío, se ven cojonudas. ¿Quieres que te ponga el vídeo de la última carrera de Alonso, tío?
- No, gracias, tío - se me escapó- lo dejamos para otra vez.
- Venga, hasta otra, tío.
- Hasta otra, si eso.
El frío de Madrid me recibe con los brazos abiertos, porque aunque la cabrona de la amiga de Sol al final no puso la calefacción, el cambio de temperatura respecto a la calle es muy grande. Dejo atrás al mundo y voy corriendo hasta mi coche, me meto a lo Michael Knight y pongo la calefacción al máximo. Sol me encuentra temblando como un pollo mojado.
- Bueno, entonces ¿te has divertido?
- Sí, tía, sí, lo que quieras, tía, tía, tía -respondo, y el ruido del encendido del coche se une a nuestras carcajadas.
2 comentarios:
Ya pues tío, no seas prejuicioso...!!! Tío, debo confesarte algo... a mi también me gusta el reggaetón. snif..snif..snif...
perrea, perrea.
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