lunes, septiembre 25, 2006

El Atasco


Despues del atasco sigo vivo. No se que fue peor, pues esta mañana tuve tres contratiempos: mi móvil se quedo sin bateria para poder reproducir el disco de Michael Buble (en su Ipod Mode), un idiota se quedo dormido en el carril central de la N-II y jodio a miles de personas, y para rematar la faena detrás de mi (y al lado) se sentaron las marujas de las 7 y 25 (siempre salen a esa hora) que no se callan ni debajo del agua.

- Cabáramos, todas las mañanas lo mismo, coño.
- Mubiera ido con la hija de la puri, qesea comprao un coche nuevo.
- La niña de la puri? La fea?
- Esa misma, pero ni es nuevo ni es ná.
- Ya.

7 y 50 y recién estoy por el segundo semáforo, encima me toca el conductor noble que deja pasar a todo el mundo y la mierda colgante ésa ya ha cambiado de rojo a verde mil veces y yo sigo en el mismo sitio. Y mi Ipod callao. Ni siquiera he tenido tiempo de comerme mi croissant con queso y, de la verguenza, lo he encaletado en el bolsillo de mi pantalón negro.

- Poseso, que la hija de la puri, tiene coche nuevo.
- ¿Y de dónde ha sacao las pelas
- Es puta.
- No jodas, y ¿tú cómo lo sabes?
- Porquel de los frutos secos me la contao. Dice que sa follao a medio barrio.
- Cobrando
- No sé, mujer, hasta ahí no llego, pero es igual ¿no?
- No, si no cobra, no es puta. Es un putón
- Vasereso.

Y encima que quería mostrar a primera hora mi chaqueta nueva, ya me veía yo entrando radiante a Toshiba, pero nada. Con lo que me costó ir de compras con tres mujeres: mi novia, que no estaba en sus mejores dias, mi mamá, que se entusiasmaba por todo (desde un especiero hasta unos zapatos) y mi hermana, que se probaba todo, lo compraba y después lo olvidaba en los probadores, provocando que mamá entrara como un rayo y pillara en calzoncillos a un sonrojado españolito. En el bus, nos imaginamos en voz alta que el problema sería el puente nuevo que hacen a la salida de Alcalá.

- Vaser el puente de los cojones.
- ¿Qué puente?
- Ese de la rotonda de las putas.
- ¿Qué le pasa al puente?
- Que le van hacer mas ancho.
- Y ¿paqué?, digo yo
- Paque salgan a la de Guadalajara los de mejorada.

Llamo a mi trabajo: Juanjo, voy a llegar tarde, le digo. ¿Dónde andas? Me dice. En un atasco de tres pares de cojones, le digo. Ya te queda menos, me dice. Dile a Roberto, a eso de las 9 y media que llega, lo que me ha pasado; le digo. No te preocupes, me dice. Y veo que la fila de coches no termina, y sin que nadie lo note, saco mi croissant con queso y me lo zampo de un solo bocado.

- Abra las\ntrampillas del techo, oiga, que mentra un sofoco.
- Que te pasa conchi?
- Que mahogo, o no, no mahogo, pero como que mahogo
- Es quéste ha puesto la calefacción.
- No, no, coño, que mahogo porque mahogo.

Dios, en vez de un descapotable quiero un helicóptero como segundo vehículo.

martes, septiembre 12, 2006

¡ Anda, Jura!


Dejé pasar 40 minutos para llegar tarde a mi cita con el reino de españa.
Porque, según mis cálculos, gracias a el conductor del bus que siempre arranca cuando llego a la puerta, el atasco de salida de Alcalá de Henares, uno que otro choque en la N-II, y el atasco de entrada a madrid, me tomaría una hora y media en llegar a mi destino. Y no fallé. Al salir del metro, me cayeron encima veinte repartidores de periódicos y los esquivé gracias a mi agilidad felina y a mi cintura de avispa (que un dia fué). Llegué a la fila y le pregunté, por cortesía, al último: "¿es usted el último?" y me dijo que no, que él sólo era un yonqui que se habia puesto alli recostado en la pared, y sin querer se vio mezclado con todos estos extranjeros que (ilusionados unos, aburridos otros), iban a jurar fidelidad a don Juan Carlos; tras esa confesión, escondí mi móvil 3G en el fondo de mi bolsillo.
Me leí cinco capitulos de Los Tres Mosqueteros, antes de que apereciera un funcionario (¿porqué todos usan camisas a cuadros?) y, a media voz, dijera que pasemos de uno en uno y con la citación en la mano. recordé a mi hermana, que la noche anterior, cuando le pregunté si tenía que llevar fotos o algo me dijo:
- no, pero te emocionas muuucho cuando juras.

Nos tocó la sala III, y estuve allí, con 60 personas más (30 de pie) durante media hora, sin aire acondicionado y sudando a chorros, y por todos los poros (sobretodo los vergonzantes) no como dice mi tió que sudamos los peruanos: por los pómulos y por la frente. Leí tres capitulos más y justo cuando D'artagan ya volvia con el duque de Buckingham hacia Paris, hizo su entrada el magistrado en pijama, acompañado de su secretaria. Ambos olian a cafe.

- Como somos muchos vamos a hacer una jura colectiva.- dijo, sin mirar a nadie.

Y tuvimos que repetir, todos a la vez, la parrafada que el leía y que les defino a continuación: "juro o prometo fidelidad a s.m el rey de españa, y respetar las leyes y la constitución española". Yo sólo moví los labios, (muuucha emoción... las huevas) como cuando cantaban el himno en mi colegio, o como cuando se reza el padre nuestro en la iglesia. En cambio a mi lado una mujer (que le dijo a quien quiso escuchar, que era lemeña y que estaba orgollosa de ser española) lloraba a mares y obligaba a su hijo a hacerle fotos al lado del juez y de la bandera española. Salí de allí con un juego de papeles arrugados que tenia que llevar al registro civil (otro), asi que me metí al metro, seguido por mis amiguitos de juramentación. Había uno que se parecía a Mike Tyson, ya en su declive, dos chicas bastante feas, un gordo con una camiseta jean sin mangas (que asco), y un tipo con traje, sin corbata, despeinado, y que escuchaba a todo volumen el sgt. peppers lonely hearts...era yo.

La plaza Benavente es uno de mis rincones más queridos de madrid, allí paseaba solo, y con Solenne cuando ya nos gustaba ir de la mano, allí esta mi cine preferido y una heladería barata. Nunca habia visto ni de reojo la Calle de la Bolsa, y ahora tenia que estar alli, parado, bajo la lluvia moja-tontos, una hora. Hay que joderse. Nunca falta en estos casos la "loca de las colas" esa que todo lo sabe, la que tiene todos sus papeles ordenaditos, en carpetas de colores, y que rellena los formularios, siempre, con letra clara y legible, rápido, para poder servir de voluntaria ayuda a los pobres desvalidos que no saben ni qué poner donde dice: "nombre". Y me tocó estar justo detrás de ella. Llenó tres formularios, adivinó la fecha de nacimiento de un par de chicas, la hora de llegada al mundo de la otra, y para colmo hizo que un pobre charapita despistado llamara a Pucallpa desde su móvil, porque dudaba si su abuela se llamaba Panchita o Francisca. Subí el volumen y escuché a fondo los alaridos de lennon en "don't let me down" hasta que al fin llegué a la ventanilla, y abrumé al funcionario con mis papeles, sin dejarlo hablar. Me recibe todo y me dice que muy bien, que espere quince meses para poder tramitar el dni y el pasaporte españoles; de reojo veo a la loca que todo los sabe siendo rechazada por haber hecho todo mal, que se va con un papelito azul en la mano, con una nueva cita para dentro de dos meses. Huyo, justo cuando se acaercaba a preguntarme algo; y ya de camino al metro me imagino a Toledo llorando de alegría cuando conoció al rey de España, él que grita a los cuatro vientos que es indígena y que sabe inglés, seguramente habría disfrutado de este medio día de trámites más que yo.