martes, agosto 16, 2011

Disaster Movie


Soy un desastre humano.
No sé si es de nacimiento o es que ya nací así. Porque cuando era niño estaba enamorado como un gilipollas de Milagritos, con su cara redonda de manzana y su sonrisa perfecta, herencia de su madre selvática. Pero era tan tímido que nunca se lo dije, se la zumbó medio barrio y hoy, por el chat del facebook me ha llamado creído porque la hice sufrir de niña ya que, al parecer, me amaba en silencio, como en la telenovela.

También soy un desastre porque hace más de un mes que quiero quedar con Almudena, no sé, me da buena espina y quiero conocer a esta chica que parece más friki que yo. Además de guapa, que en eso también me saca considerable ventaja, es interesante. Pero las 3 veces que lo he intentado he fracasado como un peruano. La primera me lié en la FNAC y terminé llamando a Patri que sí podía verme a las 7:30 de la tarde (Almu sale de trabajar a las 6:30). La segunda me convencí a mi mismo de que podía echarme la siesta antes de ir y me dormí hasta el día siguiente. La tercera, me equivoqué de pizzeria y terminé saliendo del local ayudado por una puta dominicana de la calle Montera. True Story.

Además, si eso no les vale para comprobar mi desastrosidad (palabra que creo que acabo de inventar), diré que las bombillas de mi habitación llevan explotando misteriosamente desde hace mas de un mes.
El domingo, cansado ya de la situación, me subí a una escalera y revisé el socket, los cables y los empalmes. Todo como si se tratara de una bomba a desactivar. Me sobraron piezas, enrosqué la quinta bombilla, subí la palanca de la luz y se iluminó mi habitación. Feliz y sudoroso como si hubiese trabajado en la mina, me duché. Al volver a mi habitación comprobé que mi trabajo era una mierda, como papá siempre decía, ya que la quinta bombilla también se había quemado.

Escribo esto tumbado en mi cama, desde el Iphone. Porque había encendido el PC para escribir y terminé viendo mis feeds de google, la peli "Primos", lo caro que es un viaje a Barcelona y lo gilipollas que fui por no meterle mano a Milagritos cuando ambos teníamos quince años. Con el PC apagado me tiro a escribir y veo que no sólo soy un desastre por escribir desde un teléfono, que es ya de por sí una mierda, ni por dudar en ponerme o no camiseta para dormir (porque luego me resfrío, aunque sea verano), ni por alumbrarme con la mesilla de noche porque la bombilla de los cojones no sé porque coño no enciende. No. Soy un desastre porque me acabo de golpear el codo al cerrar la ventana. El mismo codo que me lesioné al caerme como un idiota en la ducha de un hotel de Alicante y que ahora hace que escriba desde mi teléfono, con el dedo meñique completamente adormecido.

Si es que soy un desastre.

Enviado desde mi iPhone

viernes, agosto 05, 2011

Dudas, dudas everywhere


¿La debo llamar o no? Si la llamo pasando un día, es que estoy desesperado; si la llamo dejando tres días, creo que está bien; si la llamo a la semana soy un chulo calculador; si la llamo al mes, soy un pasota; si no la llamo, ¿me vuelvo interesante?. A tomar por culo, le pongo un mensaje en el muro del facebook. Total, ella dijo que se lo había pasado bien, eso significa "vuélveme a llamar" o "da señales de vida" o "You're the One That I Want (oh oh oh....HONEY)" ¿o no? ¿Cenamos? - Ay, no, mi amiga está enferma. ¿Cine? Esto, no puedo tengo un trabajo que terminar. ¿Copa afterwork? - Ha muerto el licenciado Vidriera en mi telenovela, pero sí quiero quedar contigo, lo dejamos para otro día, ¿vale? Nothing to do here.

Si me lavo las manos, me da frío, entonces, me entran ganas de mear. Así que, después de eso ¿debo lavarme las manos, one more time? No sé. Si no lo hago, y alguien me ve, puedo parecer un guarro, pero considerando que en el edificio en el que trabajo hay gente capaz de hacerse pajas en el baño, creo que no debería ser importante. Si nadie me ve, EPIC WIN, pero corro el riesgo de que minutos más tarde me coma las uñas, recuerde dónde estuvo mi mano antes y me entren ganas de vomitar. A tomar por culo, me las lavo y fuera. Y si me vuelve a dar frío, me aguanto las ganas. Like a Sir.

¿El GPS de mi teléfono es más rápido que mi cerebro? O sea, ¿calcula bien las distancias considerando la velocidad a la que voy? Si la respuesta a estas preguntas es "sí" entonces, ¿porqué coño dice que gire a la derecha a 600 metros cuando me faltan sólo 100 para llegar a la calle que busco. Maldita sea, me he perdido tantas veces por seguir sus instrucciones que podría hacer un mapa de Madrid for dummies. Hace poco salí de Bravo Murillo intentando buscar Castellana y se lió, cuando sólo había que subir un poco y girar a la izquierda me mandó a tomar por culo y terminé en Ventas, donde mi amiga/copiloto, compadecida dijo "si eso déjame aquí ya, que vivo cerca y aprovecho para hacer footing en el Parque de la Avenidas". Forever Alone.

¿Soy 30, 31 o 32? En New York, los levi's 31 me van como un guante. Pero si compro la misma talla en Madrid, parece que soy el cantante de los Scissors Sisters y tengo que regalar los pantalones a la primera que pase, o venderlos (como hice) por ebay a un árabe loco por las marcas. Si cambio de marca, el problema aumenta porque en Gant, soy 32, si son pantalones de lino, si compro vaqueros, paso a ser 30 si son azules y 31 si son negros. No me preguntes por qué, es así. Al final termino comprando unos Hilfiger o Pepe Jeans que, como dice Cris, "me marcan el culete...fuegote" y me dejo de problemas. Fuck yeah!

¿Debo usar mi invisibilidad para hacer el bien o para el mal? Lo digo porque sólo en el trabajo las chicas me dicen lo guapo que soy, lo majo que me he vuelto y lo bien que visto. Pero en cuanto me meto a un bar me convierto en parte del mobiliario. Fui con Dario al Loui Loui y las dos tías que estaban frente a nosotros, bebían sus mojitos lamiendo sus pajitas, pero mirándolo a él. Fui con Marta a un bar de lesbianas y ella se pasó la noche besando a una morena mientras yo me colgaba de mi trago muerto del aburrimiento. Fui con Julio a un bar gay y a él le regalaron cigarros, un gordo le pidió bailar y otro le contó su rutina de bodypump mientras que yo bailaba con unas francesas de Montepellier que, en cuanto fui al baño, desaparecieron. Siempre huyo dignamente de estas situaciones, dignísimo. Haters gonna hate.

¿Algún día estaré bien con mi viejo? Mamá ha vuelto de Lima y yo he vuelto a su casa, a la que no me acerqué en estos tres meses que ella estuvo fuera. Papá me llamó mil veces, algunas veces me encontró en casa, pero yo, como Charlie Harper, veía el número en la pantallita y pasaba de contestar. Un día me dijo medio en broma medio en serio que yo sólo iba cuando estaba mi mamá, que a él nunca lo visitaba. No pude mentir y dije que sí, que tenía razón. Aún por teléfono noté que le había roto el corazón. Quise llamarlo y disculparme pero se me pasó. Cuando al fin lo vi el día de la vuelta de mamá ni siquiera me saludó, o sea, casi no nos habíamos visto en tres meses y sólo dijo "hola" a todos los que estábamos en el salón. En ese momento pensé que no me había equivocado al decir la verdad, que se joda, él se lo gana a pulso. Fuck the police.

¿Por qué tengo tantas camisas azules? Soy un pitufo no nato.