sábado, noviembre 12, 2005

Perú se escribe con CH


Perú se escribe con "CH"

Fuimos a buscar al CHOLO a su barrunto de Comas, siempre viajando en combi y aguantando el gusto musical del CHOFER que a punta de salsas viejas y CHICHA de Agua Marina manejaba feliz su CARCOCHA sin importarle que su vividí hace tiempo dejó de ser blanco.
Nos atendió su hermana, una CHATITA que siempre nos alucinaba con sus amigas, unas CHIBOLAS aguantadas que a pesar de su corta edad pedían a gritos que alguno de nosotros le hiciera el favor. Pasamos de frente sin verlas. Cuando subíamos las escaleras salió a nuestro encuentro "Tofy", el perro CHUSCO de la familia que era un cruce de pastor alemán, con pekinés, algunos rasgos de doberman y la cola de una rata.Mi pata Rolyn lo saludó acariciando su cabeza, sin importarle las CARACHAS que de seguro eran parte de su extraña genética. El Cholo salió con su CHORCITO verde y su polo crema, listo para la PICHANGA del domingo, sacamos la pelota del TECHO -la boté yo la semana pasada- y bajamos a la CANCHITA a ver si estaba la gente.Estaban los patas de siempre: los mongos de la parroquia. Jugamos a CHINA por gol, y como siempre les metimos una goleada suficiente como para comprar una caja de CHELAS. Guardamos el billete, en la noche había una fiesta en casa de la POCHOLA, esa mostra tiene buenas amigas, dijo el MOROCHO. Yo recordé la fiesta anterior y le dije a mi pata que me daba miedo volver a esa jato, No te preocupes, me dijo, la culo e´CHANCHO ya se mudó.
No me preocupaba la culo e´chancho sino el CHIVO de su novio que cada vez que me ve me quiere meter CUCHILLO porque cree que le SERRUCHÉ la novia. Eso sí da miedo, él no tiene nada que perder, pero imaginemos un instante mi bello rostro con un CHUZO de diez centímetros de la frente a la barbilla.Pero estaba con mis CHOCHERAS así que no pasaba nada. En la noche nos juntamos en la esquina, y con la CHANCHITA que hicimos para comprar las chelas, fuimos a la casa de la dueña del santo.Todos subimos a la Carcocha del viejo del Morocho, un Chevrolet del 75 color azul que siempre necesitaba un empujón para arrancar, pero que era nuestro, con él recorríamos las calles con BACHES y los tombos ni nos paraban porque el ROCHE de ir en esa carroza de muerto ya era suficiente castigo para unos CHIBOLOS de los noventa. CHOCAMOS varias veces pero nadie dijo nada, porque los postes y los pilones de agua no tienen quién los defienda. Y los TACHOS de basura tampoco.
Llegamos y la fiesta estaba CHÉVERE. Esto está lleno de CHOLAS huevón, dijo el Morocho, asentimos todos dándole la razón, porque sabíamos que ese compadre era buen pobre y no le importaba que lo jodiéramos diciéndole que era un COCHINO, siempre se CHAPABA a la más fea de la fiesta. De pronto hizo su aparición el HUACHAFO del barrio, un hueveras que se juraba Ricky Martín (la gente le decía CHUCKY Martin) con sus tabas Mike su pantalón Dunkelvolk y su polito rosado con celeste fosforescente. Y no olvidemos la gorra color azul con un avispón bordado sobre la palabra Hornets, a la que para darle un toque de glamour le había amarrado unos pasadores pintados con plumón.Nosotros lo miramos y el imbécil la quiso pegar de ACHORADO pasando por nuestro lado y golpeando "de casualidad" la espalda de mi pata Claudio. Suave Chibolo huevón, esta camisa cuesta más que tu vida, le dijo y todo el mundo se cagó de risa. Yo volvía con las chelas y no me gané con el pase, nosotros queríamos CHUPAR y nada más. No importaba lo que un CHORO cagón hiciera para malogranos el plan.
La dueña del santo pasó unas viandas con CHICHARRÓN de pescado. Pero nunca llegó hasta nuestro sitio, la gente piraña se abalanzó hacia ella y en dos segundo se acabaron todo el RANCHO, algunos guardaron algo en los bolsillos, y los mas CONCHUDOS le dijeron ¿Me puedes dar un poquito en una bolsa pa´ llevarme?.
No seas pendejo barrio.
No sé de donde salieron de repente las amigas de la hermana del Cholo, se habían bañado y no llevaban encima el clásico uniforme de colegio público, usaban jeans apretados y tops que mostraban sus PECHEREQUES en flor. Rolyn dijo oe manya a las chibolas, parece que ya les pica la huadita. No le hicimos caso, como dice siempre el Wing, no te metas con CHAUCHILLAS.
Al otro lado de la sala había un grupo de hembritas en una CHUPÍSTICA brutal, tenían sobre la mesa 6 chelas vacías y una estaba sentada sobre media caja de Pilsen, sin importarle que esa postura dejaba ver mucho de sus torneadas piernas. Decidimos atacar, aunque las matemáticas indicaban que uno de nosotros se quedaría sin campeonar esa noche.Las flacas eran de la RICHI , estudiaban medicina y estaban allí porque eran amigas de la hermana mayor de la dueña del santo. Parece que venían directo de la Universidad porque sus MOCHILAS estaban en el suelo al lado de ellas. Flaca mejor dile a tu amiga que te guarde tus cosas, suave que te las CHOREAN. Tuvieron una idea mejor: zafar de eso tono PACHARACO y buscar algún lugar para CHELEAR tranquilos.Ni lo pensamos, ellas no habían terminado de hablar y Claudio ya estaba calentando el carro, que para suerte nuestra arrancó a la primera. Buscamos a Rolyn pero estaba perdido entre la multitud que bailaba al ritmo de Big Boy y los Cuentos de la Cripta.
Llegamos a las playas de la Herradura luego de hacer una pequeña parada frente al altar de Sandro Baylón. Sacamos las dos cajas de chelas, pusimos el casette del Gran Combo rogando que esa mierda de casettera no se tragara la cinta. Claudio bailaba con la piernona, el Morocho con una pelirroja pechugona y yo estaba en el asiento de atrás CHAPE Y CHAPE con una blanquita care´mamona a la que nunca le escuché la voz. Nadie pensaba en Rolyn, al que habíamos abandonado en ese antro de perdición infantil. Una tía sapaza se asomó por la ventana del Chevrolet y nos ofreció ANTICUCHOS joven, le dije que no y se quitó. Pero esa tía de hecho se ha ganado con varios CACHES alucinantes en esa playa, a la que la gente va a "matar" nomás ¿si o no?
Claudio volvió al carro asadazo y mi acompañante y yo tuvimos que acomodarnos la ropa interior. ¿Qué pasa imbécil?. Dijo que la hembrita que le tocó tenía su MARIACHI, y había dicho su nombre en pleno CHACA-CHACA. Le dije que eso no importaba, ahora él era su MACHUCANTE y si ella decía otro nombre no importaba, ¿Acaso te vas a casar con ella, hueveras?. Claudio no hablaba, hubo un minuto de silencio que fue roto por algo que jamás podríamos imaginar: la blanquita que estaba a mi lado, la más finita de las tres perras que recogimos, la que usaba jeans Gap, la que olía a Carolina Herrera…se metió un pedo stereofónico con sonido surround que retumbó en los vidrios y el techo del Chevy 75 y desprendió los dados de peluche del espejo retrovisor.
Claudio y yo salimos conteniendo la respiración, y la flaca corrió a la playa, hizo un hueco en la arena y se puso a cagar. Tanto alcohol, combinado con sexo le había dejado la HUACHA floja.
El Morocho estaba con su trampa a cien metros de distancia, comiendo CHOCLO con RACHI y ni se enteró de que el carro de su viejo había quedado perfumado. Él seguía viéndose FICHO con su mano en el culo de la hembrita, su CHULLO de marca abrigándole la cabeza casi rapada, viendo como la rucaza ésa se embarraba el CACHARRO de rocoto mientras se comía hasta la panca en que venía el anticucho. Creo que eso de que eran de la Richi fue un cuento CHINO.
Le avisamos que casi amanecía y era mejor que nos fuéramos, que a esa hora empezaban siempre las MECHADERAS y ya una vez nos bajaron dos faros y una luna por quedarnos de sapos. Pagó su cuenta, la flaca CONCHUDA no dio ni una china, arrancamos y de camino dejamos a las mostras esas en la Av. La Marina. Cuando bajaron Claudio dijo por aquí pasa la combi para tu CHOZA chola pedona. Me pareció un chiste cruel pero igual me reí.
PUCHA oe, y ¿qué pasó con Rolyn?, dijo el Morocho. Nos miramos sin saber la respuesta, nos dejó en nuestras casas y quedamos en vernos al día siguiente en la Universidad CHALACA. Como siempre llegué primero, encontré a Rolyn sentado solo en nuestra banquita de siempre. Tenía una sonrisa de oreja a oreja. Le pregunté en donde se había metido y me dijo que se fue con una de las chibolas que nos jodían. Ya es mi HEMBRICHI, me dijo y noté que sólo él podía decir la palabra "hembrichi" sin parecer panelista de Laura Bozzo. Abrió su billetera Rip Curl y me enseñó una foto de la chibola. Le dije ten cuidado Rolyn, no vaya a ser que por CHIBOLERO te pesque su viejo y te deje MOCHO.
Me dijo: calla Maguill…todo porque tu eres Chivo.

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