jueves, julio 19, 2007

Al rincón quita calzón


Mi primer ciclo en la universidad, podría decirse que no existió. Entre que yo no decidía ni quién era ni quién iba a ser, y mis “profesores” que decidieron acatar una huelga tercermundista, mi educación se vio limitada a cuántas personas entraban en el toyota de Tito y la tolerancia a la arena caliente de las plantas de mis pies. Eso fue hace diez años (como pasa el tiempo) pero mi país sigue en las mismas. Hace unos días, no sé cuantos, el gobierno de Alan García anunció que los profesores deberían volver a examinarse. Y yo que pensaba que Alan no pensaba.
Toda mi vida me he visto rodeado de profesores incapaces: unos que se dedicaban a preguntarme si sabía la letra de las canciones de Esther Granados (y “enseñaban” religión), otros que haciéndose llamar ingenieros no sabían resolver una matriz de tres por tres (tú, Valdivia), y ya el colmo de los colmos era el imbécil de turno que cuando le preguntabas algo te respondía “investigue alumno, investigue” sin dejar de leer El Bocón.

Pero claro, esos "maestros", sabiendo que no podrían jamás impartir clases en el ámbito privado y que sólo afiliándose a un sindicato sobrevivirían antes de verse obligados a hacer taxi, se unían al SUTEP cuya misión, visión y demás es hacer una huelga cada cierto tiempo, paralizando el sector educativo del Perú y balnearios. Su última pataleta, motivada por los exámenes antes mencionados, ha generado 70% de pérdidas en el sector comercial del centro de Lima, porque claro ¿quién va a querer comprar algo en la avenida Abancay si llegan estos manganzones y te arriesgas a que te caiga una bomba lacrimógena en la ñata?


Un “dirigente” apellidado Huaynalaya, al que el primer ministro ha tildado de “ser obsceno de pasado senderista”, boicoteó la última reunión general del SUTEP, organizada para discutir un acuerdo con los mandamases del gobierno. El boicot consistió simple y llanamente en no asistir a la reunión, motivando la falta de quorum mientras ellos se quedaban en su local del jirón Caylloma (conocido por ser uno de los focos de la prostitución limeña) tomandose unas chelitas a nombre de los estudiantes que no podían asistir a clases. Con gente como esta, es dificil que la educación en el país salga de la vergonzante posición en que se encuentra.

Sabiendo esto, recuerdo a mi “profesor” Aradiel que no me enseñó un carajo en la universidad, y al que en mi humilde opinión nombré como el peor de mi historia educativa, pero que aún así, gracias a sus contactos y amiguitos, llegó a ser jefe del área de investigación. No mojen que no hay quien planche.

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