martes, abril 06, 2010

Knowing me, knowing you


- No te hagas el interesante - me dice.

Julio se ha pasado medio día vacilándome con que me coma al Kraken. Obviamente, está proyectando sus deseos/miedos conmigo, como hacía yo cuando me preocupaba por cómo se las iba a arreglar Sol después de nuestra ruptura (sola en el mundo, y tal).
Como me tocó tanto los cojones, decidí darle donde más le dolía y le cambié sus cigarros por caramelos de eucalipto. Dicen que dio un grito de dolor en el ascensor y me maldijo en lengua colombiana.

- No me hago, soy. Aunque eso depende del observador - respondo -. Dejemos algo para el futuro. Hoy empieza todo.

Feliz y vengado subí al nuevo gimnasio y descubrí que no había un sólo metro cuadrado donde hacer abdominales. Nunca entenderé la gente que va sólo a hablar con otra gente, es como si me apuntara a un curso de cata de vinos y no bebiera, sino que me la pasara viéndole las tetas a la profe y/o compañera de curso. Para eso ya habrá tiempo ¿no? Hay que estar para lo que hay que estar.

- Ni futuro, ni futura - ataca-. Te caigo bien porque conmigo al menos te ríes.

Bajo decidido a buscar mi crema Vitesse para la cara, pero descubro que, una vez más, he olvidado el dinero y no podré comprar ni un caramelo. Tampoco podré recoger hoy mis camisas de la costurera china que ha plometido no dejal las costulas pol fuela. Entro en mi casa vacía y no sé si deprimirme, cocinar, tocarme, o escuchar un disco de Luis Miguel. Me doy una ducha fría y preparo espagueti a la carbonara.

- Para eso ya tengo a Julio - afirmo -. En serio, me ha venido muy bien conocerte.

Pongo "Legión", una película estúpida para distraerme del mundo, y me rio mucho cuando la abuela (vestida como Olivia Newton John) trepa por el techo del restaurante de carretera como una araña. Acaba la película. Pienso: ¿estará disponible ya el nuevo capítulo de "How I Met Your Mother"? Echo una ojeada al libro "Tarántula" de Bob Dylan. Me parece una mierda y me duermo segundos después de leer un SMS que me dibuja una sonrisa en la cara.

- Eres un cuentista - me dice.
-No, soy un mono en esmoquin al que haces bailar - respondo.

Me despierto a las tres de la mañana y hago cuentas para llegar bien a fin de mes. Tendré que dejar de comprar discos de Led Zeppellin y conseguir que mis amigas paguen las cenas futuras. Pienso en Mónica Bellucci pero no puedo volver a dormir hasta las cinco de la mañana. El despertador parece sonar dos segundos después.

- No te habrás ofendido - pregunta.
- No, no - la calmo - la única vez que me ofendí fue cuando mi ex me dijo que, estando conmigo, tuvo que buscar "orgasmo" en Google. ¿Será perra?

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