miércoles, abril 16, 2008

¿Y tus tetas, qué?


Paola y Jessica son amigas, pero no se ven mucho. Paola es, además, madrina del hijo de Jessica, un diablillo de pocos años. Paola se siente un poco nostálgica, recuerda que el cumpleaños de su ahijado está cerca y llama a su comadre para invitarse a la fiesta.

- Hola Jessi, ¿qué pasa?
- ¿Paola? – incrédula, sin dejar de preparar la merienda – qué sorpresa, creía que te había tragado la tierra, o que te habías quedado enredada en uno de tus movimientos de Pilates.
- Qué cabrona, ¿cómo está mi ahijado?
- Muy bien, ya casi va al cole, a veces se junta con los malotes de la guardería y eso me preocupa, flaca, no quiero que mi hijo sea un macarra. Bueno, ¿Y tus tetas, qué?

Silencio, risas nerviosas, en la tele las noticias muestran a Zapatero virtualmente ganador de las elecciones. Paola no sabe cómo reaccionar, y sólo atina a decir ¿ein?

- Tus tetas, ¿ya te las has operado? – insiste la comadre, quizá por venganza ante el abandono del ahijado por más de dos años, quizá por simple curiosidad, quizá porque al recordar a su hijo recordó la lactancia y por eso la palabra tetas salió de su boca de forma involuntaria.

- No – respondió Paola – ni quiero, paso.
- Yo me lo estoy pensando, con este culito y un buen par de tetas seguro que me va mejor en la vida.
- Yo estoy bien así.
- Que sí, que estás perfecta, pero ¿no te gustaría tener un buen par de orejas?
- Joder tía, córtate un poquito ¿no?
- Vale, vale, pero yo que tú me lo pensaba.

Siguen hablando del niño, y quedan en verse en la próxima fiesta, el jueves a las seis, no llegues tarde que nos conocemos; Paola promete llegar o’clock. Días antes se zambulle en las tiendas de juguetes y tras descartar coches, peluches y el barco de Piratas del Caribe compra un cubo con palitas y rastrillos, para que el niño se ensucie a conciencia en el parque de su barrio, con sus amiguitos Manolito, Borjita y Chemita. Sale feliz con su regalo y lo guarda debajo de su mesa de trabajo, lo patea de vez en cuando sin querer, porque así es ella. Va hasta su coche y la tarde del jueves, llega, pasadas las seis porque si llegara o’clock no sería ella, sería un clon extraterrestre con los relojes internos funcionando y todos descubrirían el engaño. Se abraza con Jessica y después de darse dos besos ve como ella, con un gesto disimulado le dice mira a fulanita, es amiga de mi cuñado, se ha puesto unas peras que parecen zepelines; Paola no puede evitar ver las tetas de la susodicha y se pregunta si nadie notará que un pezón mira al este y el otro al oeste. El ahijado abre sus regalos, ayudado contra su voluntad por Manolito y Borjita, Robertito mira desde detrás de un sillón, es un poco rarito este niño, susurra Jessi y Paola respira aliviada porque al parecer el niño a recibido cuatro barcos con un Johnny Depp en miniatura.

Salen de la fiesta, y de vuelta a casa, el novio de Paola habla de fútbol, letras por pagar, caterings y trabajo, ella se pregunta si es verdad eso de que sin tetas no hay paraíso.Mueve la cabeza como para sacudirse los pensamientos, y su novio le pregunta ¿te pasa algo?, y ella lo niega todo y responde, nada, sólo que no sé si invitar al calvo a la boda.

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